domingo, 26 de diciembre de 2010

Capítulo 4: La Ansiedad Es Tu Peor Pesadilla


Aquí comienza el nuevo capítulo de mi experiencia con esta enfermedad crónica, después de pasar unos buenos meses sin apenas dolores y cuidándome mucho mucho con la dieta, el descanso, los horarios y todo lo que una persona puede hacer para que su estado de salud pueda estar prácticamente bien, comenzó mi malestar, si otra vez el malestar, pero esta vez no era un malestar físico, sino que era psíquico, después de darle tantas y tantas vueltas al mismo tema (mi salud) empecé a obsesionarme con la enfermedad y cuando a ella se juntaron, más cosillas, como son los exámenes de lo que estaba estudiando, los preparativos del campamento más importante por ello de ser el último y querer que fuese todo genial. Bueno pues a todo ésto se unió el miedo a volver a recaer con la enfermedad y perder todo aquello en lo que tenía puestas mis ilusiones y mis sueños, todo por lo que había luchado ese curso (2009-10). Entonces a partir del segundo trimestre empecé con algunos síntomas de esta horrible neurosis, que es la ansiedad, empezaba a no poder dormir bien por las noches, me costaba conciliar el sueño y después me despertaba cada 2 ó 3 horas, vamos que eso no era descansar bien. Además en determinadas situaciones me empezaba a agobiar de forma inconsciente, me daba la sensación como si me fuera a pasar algo, que me fuera a marear y perder el conocimiento, me daba una sensación de debilidad. Algo muy extraño... pero seguí haciendo mi vida más o menos como pude, había días que no dormía nada y otros que dormía algo. Claro que la suma de todo ésto era que también repercutía en mi sistema digestivo, vamos que todo era un círculo vicioso, un bucle.
Fueron pasando los meses y fui superando esas pequeñas crisis de ansiedad y de insomnio, pero llegó el final de curso y el cuerpo no lo aguanto más, tuve que perderme los últimos días de clase por este motivo, yo pensaba que era mi querida enfermedad crónica, pero estaba claro, que el problema no era físico, sino psíquico. Intenté aguantar lo poco que quedaba, los exámenes del último trimestre como pudiera y luego intentar descansar para estar bien para el campamento.
De momento con mucho agobio y mucho calor pude ir superando, bueno aguantando los primeros exámenes a duras penas, pero llegó un examen que además de ser teórico, era práctico. El profesor nos hizo esperar un buen rato para comenzar la parte práctica, y ahí fue cuando mi cuerpo dijo basta!! y no pude aguantar más el agobio y el malestar que sentía, tuve que dejar el examen a medias e irme a mi casa en coche de un buen amigo. Yo estaba totalmente desolado, lo veía todo muy muy negro, pensaba que todo se había acabado, que había llegado a mi límite y así lo era, pero yo pensaba que había perdido parte del curso y lo que más me importaba, me iba a perder mi último campamento, en el que había puesto mucho trabajo e ilusión, para que mi grupo de chavales lo disfrutarán como se lo merecían, porque para mí se lo merecen todo por ser un apoyo fundamental en esta aventura que me tocó vivir. Pase varios días totalmente bloqueado y muy obsesionado pensando que ya no podía volver a hacer nada.
Aunque a los pocos días decidí no rendirme y buscar una solución, una salida, fui a mi doctora de cabecera, y le comenté lo sucedido, me hizo una serie de pruebas rutinarias y me diagnosticó que padecía ansiedad, me recetó una medicación para controlarla. A la cuál le tenía mucho respeto, porque se que esas pastillas pueden anularte y tampoco tenía mucha fe en ellas.
Intenté ayudarme de la medicación para mejorar mi estado, pero había días que ni con ellas me encontraba bien, pensaba que me iban a dejar tonto... pero no fue así, al revés tampoco tenían tanto efecto como yo imaginaba. Al final pude acabar los exámenes que tenía pendientes, tengo que agradecer el buen trato de los profesores hacia mi persona. No siempre te encuentras profesores que se merezcan el título de profesores... supongo que lo entendéis, no?
Bueno pues al final también fui a duras penas al campamento y disfrute de muy buenos momentos, gracias también al apoyo del equipo de educadores, del equipo de cocina (unas cocis que siempre estaban cuidándome muy bien), a las palabras de mi sacerdote (que me ayudaron mucho: acompañar también tiene un gran valor) y como no gracias a mi grupo de chavales que siempre estuvo ahí. Pero aún así seguía con este gran problema.... que no es que sea grave o sí, pero si que te bloquea y te sientes impotente, y es la peor sensación que puedes tener, tener una sensación que no controlas, que no es real, y que se dispara de forma inconsciente y cuanto más importancia le das más crece....
Acabé el campamento de una manera insuperable, dormía bien y me encontraba bien, cosa que al principio nada de nada, me confíe y empecé a bajar la medicación una vez finalizado el campamento, pero no iba a resultar tan fácil. Al poco tiempo volví a recaer y no veas que paliza, porque limita completamente las actividades que quieras realizar, porque el miedo o esa sensación estúpida de que algo malo te va a pasar no sale de tu mente.... Pase un verano muy malo porque al tener tanto tiempo para pensar, pues más me obsesionaba con el tema y pensaba que el siguiente curso, ya no iba a poder hacer nada.
En definitiva, la ansiedad o cualquier patología psíquica supera por goleada a cualquier patología física, puedes estar viviendo un infierno en tu mente de una forma inconsciente que no puedes controlar y de la que no puedes escapar. Por ello, os recomiendo a todos aquellos que habéis pasado por algo similar que busquéis ayuda de un profesional (psicólogo o psiquiatra dependiendo de la gravedad) pero una buena técnica para superar este infierno personal que es la ansiedad, es la exposición poco a poco a aquellas situaciones que la provocan, además de lo que te recomiende un buen profesional.
Mi consejo personal es que Viváis el Presente, el pasado ya pasó y el futuro es imprevisible... No temáis cosas que aún no sucedieron, solo afrontar las cosas que estén sucediendo en vuestro Presente, el momento presente es el más importante de vuestra vida.

J.Gargón

martes, 21 de diciembre de 2010

La Sanidad Pública en la Comunidad de Madrid es Una P*** MIERDA


Os voy a relatar la experiencia que he vivido hoy en el Centro Sanitario de Especialidades FRANCISCO DÍAZ de Alcalá de Henares: Hoy iba realizarme un transito intestinal, no era la primera vez, solo que en la otra ocasión me lo hicieron en el Hospital Príncipe de Asturias, pero como según la administrativa de dicho hospital, la zona del sótano, que es donde se realizan este tipo de pruebas, estaba en obras... Bueno he llegado a mi hora a las 10:30 de la mañana como tenía en la cita que me dieron, he estado esperando en la sala de espera dos horas, una sala de espera con un banco de metal con cuatro asientos para toda la gente que había esperando... más de 10 personas y sin una pequeña explicación nos tienen esperando más de dos horas, para hacerme entrar a tomarme una papilla, la cual tienes que esperar que hagas la digestión para que se pueda hacer la prueba bien, es decir, después de tomártela tienes que esperar de treinta minutos a una hora para que te puedan realizar la prueba correctamente.
Al entrar dos horas más tarde me ha dado la papilla una mujercilla con menos educación que vergüenza, para nada una buena profesional. Muy distante y con autoritarismo en todas sus producciones verbales. Me ha tenido esperando media hora, me ha hecho entrar me ha presionado sin escrúpulos con la máquina hasta ver que me estaba haciendo un daño horrible... ésto lo ha repetido varias veces. Me hizo entrar y salir cuatro veces y al final me dice que me tome un refresco de cola... para activar el transito, le explico que me sienta mal ese tipo de refrescos y me dice que es como "un medicamento", me lo dice una técnica en rayos.... que no tiene ni idea de medicina... claro está que no le hice caso y me tome una bebida más sana.
Me vuelve a hacer entrar y me vuelve a presionar para finalmente decirme, que no sale nada... y que me venga en el turno de tarde que se lo diga a sus compañeros de la tarde (pasándole el marrón a ellos), y que me vaya a comer a casa y vuelva.... Al final después de más de seis horas, si seis putas horas, he vuelto a entrar me han hecho la radiografía con contraste y me han mandado para casa. Sinceramente no se si valdrá para algo la prueba que me "han realizado". Porque si algo me han dejado claro, es que no tenían ni idea, que la mujercilla del turno de mañana era una incompetente y una negligente total. Ha cometido un montón de negligencias conmigo y con más pacientes que había delante de mí, otro señor también llevaba cinco horas esperando desde las ocho de la mañana, y todo este tiempo, la mujercilla hablando por el teléfono móvil con una amiga en su horario de trabajo, diciéndole que esperaba una liquidación porque había llevado las hojas del divorcio... que normal que el pobre hombre que haya tenido que casarse con semejante esperpento de persona haya pedido el divorcio al conocerla realmente, que sinvergüenza y que asco de centro.
Quiero finalizar dándole las "gracias" a la "señora" Esperanza Aguirre por este "estupendo" Centro Sanitario de Especialidades FRANCISCO DÍAZ. Al igual que por las "magníficas" obras que está realizando en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares.
Cada año que pasa, la Sanidad Pública Española va hundiéndose en una decadencia infinita, y especialmente la Sanidad Pública de la Comunidad de Madrid, que es una P*** MIERDA (Comunidad de Madrid la Suma de Todos los Negligentes e Incompetentes) .

J.Gargón

sábado, 11 de diciembre de 2010

¿Pueden las leyes de esta sociedad darle más importancia al negocio farmacéutico que a la salud de sus ciudadanos? Está claro que sí

Con el siguiente dilema podremos entender a que me refiero y espero hacer reflexionar a todas las personas que lo lean, especialmente a los dirigentes políticos y laboratorios farmacéuticos:

En Europa hay una mujer que padece un tipo especial de cáncer y va a morir pronto. Hay un medicamento que los médicos piensan que la puede salvar. Es una forma de radio que un farmacéutico de la misma ciudad acaba de descubrir. La droga es cara, pero el farmacéutico está cobrando diez veces lo que le ha costado a él hacerla. Él pagó 200 € por radio y está cobrando 2000 € por una pequeña dosis del medicamento. El esposo de la mujer enferma, Heinz, acude a todo el mundo para pedir prestado dinero, pero sólo puede reunir unos 1000 € que es la mitad de lo que cuesta. Le dice al farmacéutico que su esposa se está muriendo y le pide que le venda el medicamento más barato o le deje pagar más tarde. El farmacéutico dice: “No; yo lo descubrí y voy a sacar dinero de él”. Heinz está desesperado y piensa atracar el establecimiento para robar la medicina.”

Posteriormente planteaba las siguientes preguntas:

1. ¿Debe Heinz robar la medicina? ¿Por qué?

2. ¿Debe el farmacéutico dar prioridad a salvar una vida con su descubrimiento o sólo debe sacar negocio de ello?

3. Suponiendo que el farmaceútico sea una persona sin moral y solo se mueva por hacer negocio (como ocurre en la sociedad actual) ¿Debe intervenir papá Estado y buscar una solución justa para que esta mujer conserve su vida?

4. Si el Estado tampoco hace nada por esta mujer ¿Qué pueden hacer los ciudadanos de esa sociedad?

5. ¿Está por delante hacer negocio, lucrarse con las desgracias ajenas, que salvar la vida de una persona?

A esta última pregunta respondo yo, visto como funciona actualmente nuestra sociedad, esta clarísimo que es más importante hacer negocio con la salud de las personas a encontrar una solución para que estas personas recuperen su salud. Me refiero al coste de los medicamentos para las enfermedades inflamatorias intestinales (EII). Se descubre un medicamente que nos puede hacer tener una mejor calidad de vida, y nos da un poco de independencia, al igual que los diabéticos, poseen su estuche con inyecciones de insulina, entre otras cosas. Nosotros los enfermos de una EII deberíamos tener acceso a un tratamiento que por su valor económico no se nos da facilidades para que se nos recete y aplique, este medicamento es HUMIRA. Se trata de un antiflamatorio biológico compuesto al 100% por células humanas, que el paciente debe inyectarse el solo de una manera sencilla, cada 15 días más o menos. Que en la mayoría de los pacientes que tienen la suerte de utilizarlo, les ha dado unos magníficos resultados. Pero también es muy costoso, ahora mi pregunta es:

¿Por qué no se antepone el bienestar de los paciente al negocio farmacéutico? (Porque vivimos en una sociedad hipócrita que su objetivo principal es hacer negocio, es decir, lucrarse y lucrarse utilizando a las pobres personas como si no valieramos nada)

J.Gargón